martes, 7 de junio de 2011

Ensayo : "Citas de Gabriela Mistral"






Quisiera permitirme la posibilidad de compartir el diálogo que me generó una cita de Gabriela Mistral “¿Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela Dónde podrán exigirse estas cosas?
Está cita me hace replantear y recordar tantos conceptos que me provoca darle un par de vuelta a ella. Recuerdo hace algún tiempo cuando estaba preparando mi tesis haber leído mucho sobre la desigualdad y una de las ideas que más me sorprendió y que confrontó un par de conceptos al que le atribuía cierta verdad. Trataré y probablemente no lograré explicar con rigurosidad algunas preguntas que me surgen, más ese no será mi fin. En realidad es  el abrir un espacio de reflexión al tema, es lo que  mueve las ideas.
Cuando nos preguntamos cuál es la responsabilidad de la escuela en la desigualdad social me apresuro y asevero que mucha, que es fácil observar esto. Por cierto que las diferencias entre los medios sociales de origen juegan un rol importante y pareciera que este es el factor mas relevante en la desigualdad, pero sin duda algo más fuerte aún es cuando nos damos cuenta que una de las variables más importantes en la desigualdad esta dentro de la misma escuela[1]. Entre ellas podemos decir que las relaciones entre profesores y estudiantes, que el cómo se establece  las relaciones nos da un avance o retroceso en la desigualdad dentro de las escuelas. Cada vez que un docente busca protegerse de sus estudiantes valiéndose de su preparación o especialidad profesional como un gran escudo contra ellos, los efectos que esto provoca son negativos, la desigualdad aumenta en parte porque este retiro, esta distancia deja un espacio libre a la acción del ambiente social, es decir es más favorable para aquellos niños que provienen de familias con mayores recursos culturales e ingresos ya que le es más fácil poder ayudar al niño , en cambio para los otros con familias de menos recursos económicos y culturales  son incapaces de poder ayudar al niño a visualizar un futuro mas prometedor. Ahora que pasara si la escuela no cuenta con un ambiente emocional favorable para los aprendizajes.
Dentro de mi practica docente me ha tocado ejercer en escuelas con niños vulnerables dicen algunos, otros de riesgo social, en fin estas nomenclaturas también dicen mucho de quien las usa. Resulta difícil todo un desafío el establecer un ambiente emocionalmente grato y acorde para aprender sobre todo porque las problemáticas sociales, emocionales de los actores que interactúan en las dinámicas de las escuelas influyen mucho. Un profesor en constante estrés, mal pagado, frustrado por la incapacidad de generar clases motivante y atractivas a estos niños que de alguna manera ven la escuela muy distante, lejana, aburrida, por que además trata de normarlos ya que muchas veces en sus hogares no existen normas ni limites tan necesarios para la formación emocional y social de los niños. Ven la escuela con una cultura que no comparten, lejana a su propia”sub. cultura”, esto es desgarrador. Un tremendo desafío para los docentes, pero también una tremenda responsabilidad social de parte de todos. Sin duda que el estado tiene una fundamental que es entregar mayores recursos y en fiscalizar que esos recursos se utilicen en mejorar los niveles de aprendizaje, en mejorar la atención integral a los estudiantes. El clima es fundamental para poder generar cambios cualitativos en estas escuelas, queda tanto por hacer y a veces nose sabe por donde empezar…
Pero no por eso seremos condescendientes es fácil colocar toda la responsabilidad en los otros, en la sociedad, en las familias, en la pobreza, en la drogadicción etc., fuera de la escuela. Nos vemos tentados a esto porque las formas de exclusión  están tan presentes, son tan obvias. Pero nosotros también tenemos responsabilidad en el funcionamiento de las escuelas y del sistema escolar, ya que dejamos que las cosas pasen, ocurran, no nos creemos “el cuento”, es decir nos transformamos en tecnócratas, en mano de obra del sistema escolar y no en transformadores sociales. Ya es tiempo de romper, es tiempo de apropiarnos de nuestra formación como profesionales pero también con una mirada de justicia social. Tenemos mucha responsabilidad  en como funcionan nuestras escuelas y cuando seamos capaces de provocar diálogos abiertos si miedos, sin prejuicios, haciéndonos cargo de lo que tenemos que hacernos vamos hacer entonces capaces de mejorar nuestro quehacer que es mucho sin duda, pero que nosotros elegimos estar donde estamos.
El sistema del cual somos parte puede reproducir las desigualdades, como mantenerlas o reducirlas. Esto dependerá de lo que ocurra al interior de ella. Y que a nivel global o social debemos mejorar la distribución de los ingresos que caracteriza nuestro sistema económico y que hace que persista la pobreza y aumente la desigualdad en la estructura social. Este ensayo no busca encontrar la verdad más bien busca reflexionar y darnos cuenta de los diversos matices que participan en la desigualdad en la escuela.



[1] Juan Casassus, La escuela y la desigualdad, Pág. 8,año ed. 2003


Escrito por: Patricia Trincado M.

"La vanidad, un pecado que hay que eliminar"

“La vanidad es el peor  vicio de una maestra, porque la que se cree perfecta se ha cerrado, en verdad a todos los caminos hacia la perfección”. Gabriela Mistral

Es complejo encontrar en la actualidad a un docente que no esté alejado de este pecado capital que es tan imponente como lo es la vanidad.

En la gran mayoría de los colegios, la comunidad docente ejecuta este vicio creyéndose los mejores, - el llamado “ego profesional”-, los intocables e inclusive, compitiendo entre ellos mismos, quizás para tener un mejor puesto, quizás para defenderse de este sistema tan individualista, colocándose una coraza y así ser el mejor, el único. Pero, ¿eso te hace un maestro superior?

La respuesta es clara, pero no se ha llevado a la practícale ser más empático y poder trabajar en equipo, dejando de lado la vanidad.

Me permito decir que esto ocurre porque en nuestra sociedad los valores están trastocados, siendo la base de esta mala disposición.

Siendo yo docente, esta frase de Gabriela Mistral que es potente y denunciadora ante el mal actuar, me hace reflexionar que la perfección no está en la vanidad, sino en el perfeccionamiento, pero en el perfeccionamiento emocional y valórico, tomando en cuento que aquello es personal y resiliente de cada bios.

¿Qué se debe hacer para ser un mejor docente? Después de leer esto, medita y educa.












Constanza Vargas Retamal.